Ahorrar en una economía con inflación es posible. Si bien la Argentina es un país que, desde hace varios años, tiene altos índices de inflación, existen diferentes estrategias para cubrirse y poder compensar una parte del efecto a lo largo del tiempo.
Compra de moneda extranjera
La operación favorita de los argentinos es, sin duda, la compra de dólares. Técnicamente esto no es considerado una inversión, pero si se compara cuánto aumentó el valor del dólar desde el 2015 – en nuestro país – con relación a la inflación el que eligió esta moneda ganó plata.
Por ejemplo, desde el año 2015 hasta hoy día la inflación acumulada es del 273%, según el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mientras que el aumento del precio del dólar fue un 342% según lo informado por el Banco Nación.
Si estás pensando en comprar dólares es importante que tengas en cuenta que a partir del 23 de diciembre de 2019, fecha en la que se publicó en el Boletín Oficial la Ley PAIS Nº 27.541, la operación tiene un impuesto solidario del 30% adicional al valor de la cotización oficial de la moneda. Además, existe una limitación a la compra y el máximo de dólares que se pueden adquirir, por mes, son 200.
Plazos fijos
Los plazos fijos son ofrecidos por las entidades financieras y tienen diferentes tipos de variantes. En todos los casos se ofrece una tasa de interés (que puede ser fija o movible) a cambio de un depósito de plata que luego la entidad usa para hacer negocios. Estos plazos fijos pueden pagar una tasa fija (supongamos una Tasa Nominal Anual del 50%) o una tasa variable que está atada a algún índice o variante como el UVA o el CER.
Por si no te acordás lo que significan el UVA y el CER te lo contamos: el UVA es un sistema por el cual la entidad financiera no presta plata, sino UVAs (Unidades de Valor Adquisitivo). Cada una de estas UVAs tiene un valor que se actualiza a lo largo del tiempo en base al CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia). Este sistema es muy común en los préstamos hipotecarios o prendarios (autos), ya que el banco presta “X” cantidad de UVAs más una tasa de interés mucho más baja.
Por ejemplo, alguien quiere sacar un préstamo hipotecario de $1 millón y cada UVA vale $100 (no es el valor real actual), entonces la persona que sacó ese crédito tendrá que devolver 10.000 UVAs más una tasa de interés, y así estas UVAs se van a ir actualizando según la inflación (CER).
Activos financieros
Otra de las opciones es incursionar en el mercado de capitales para comprar y vender activos financieros, que pueden ser acciones o bonos. Para ello, el inversor compra estos títulos que no están atados a ningún índice sino que sus precios cambian en base a diferentes variables que son imposibles de predecir.
Las acciones dependerán del desempeño de la empresa que las emitió y los bonos del país emisor. Las ganancias o pérdidas se dan por la diferencia de precio entre la compra y la venta de los mismos. Sumado a estos, en los bonos por los cupones (intereses) que pagan y los dividendos en las acciones. En este caso, el riesgo financiero es alto porque una compañía puede quebrar y su acción pasar a valer 0, o un país entrar en cesación de pagos y cancelar el pago de cupones y del capital.
Fondos de inversión
Los fondos de inversión están compuestos – en general – por diferentes activos financieros, dependiendo del riesgo que quieran asumir los inversores. La operatoria consiste en invertir la plata en un fondo – administrado por una entidad financiera – y esta comprará los activos financieros (acciones, bonos, letras) por los que le ofrecerá un rendimiento al inversor.
Existen diferentes fondos teniendo en cuenta cuán agresiva o conservadora sea la persona en términos de inversiones. Por ejemplo, un fondo más riesgoso podría estar compuesto por acciones y uno más conservador por bonos.
Para que recuerdes que ahorrar en una economía con inflación es posible, te dejamos una infografía para que guardes. Además, podés compartírsela a tus amigos y familiares, y quedar como un maestro de las finanzas.