¿Habías pensado en tus próximas vacaciones, en comprarte una bicicleta o en cambiar la computadora? Empezar a ahorrar puede ser una tarea muy fácil siempre y cuando nos lo propongamos. Sabemos que los pagos mensuales, deudas y responsabilidades nos pueden cambiar la perspectiva en cuanto al ahorro, pero ¡creenos!, después de que empieces, vas a sentir un alivio en tu bolsillo.
Dejanos contarte cómo podés alcanzar tus próximas metas sin fracasar:
1. Construir un presupuesto mensual
Dentro de los principales errores para que el dinero se esfume de nuestras manos, se encuentra la ausencia de un presupuesto financiero. Aprender a distribuir el dinero que entra a nuestra cuenta (o bolsillo) es el primer paso para fortalecer nuestras metas a futuro. Tenemos que ser conscientes de cuánto dinero recibimos mensual o quincenalmente para destinar una parte al ahorro que queremos empezar. Esa cantidad es nuestro presupuesto, no necesita ser una cantidad exacta, puede ser un aproximado, sobre todo si nuestros ingresos no son fijos y son variables.
2. Calcular nuestra capacidad para empezar a ahorrar
Es importante separar de antemano los gastos mensuales obligatorios, como el pago de la luz, agua, gas, internet y las compras del super. Esos valores los podemos comparar contra nuestro presupuesto mensual o quincenal, y tratar de separar también el 10% de nuestro dinero para destinarlo a crear un ahorro. Si nuestros gastos no nos permiten ahorrar este porcentaje, ¡no importa!, podemos comenzar con lo que tengamos e incrementar la cantidad según nuestra capacidad. Aunque parezca poco, ahorrar un 2% ya es mejor que no ahorrar nada.
Es muy importante que definamos nuestras metas de ahorro. El por qué y el para qué. Si sabemos el destino de nuestro ahorro será mucho más fácil comenzar y mantener el hábito, ya que tendremos el impulso de la motivación por objetivos.
3. Reducir gastos con la técnica “ninja”
Si somos conscientes de que algunos gastos adicionales están afectando nuestras finanzas, ¡los cortamos! La técnica ninja nos ayudará a utilizar el Ninyaken (espada ninja) de la mejor forma para cuidar nuestras finanzas. Ya sabés: pongámonos en posición, levantemos el Ninyaken y cortemos lo que obstaculice el cumplimento de nuestras metas.
4. Aprender a gastar
Muchas veces compramos cosas que en realidad son innecesarias, perjudicando un porcentaje que podemos estar ahorrando. Antes de comprar, es importante preguntarnos si verdaderamente lo necesitamos, qué utilidad o beneficio nos traerá a un futuro, y si vale la pena adquirirlo.
Otro ejercicio que podemos hacer es no comprar de inmediato, sino dejar un tiempo para analizar si verdaderamente lo necesitamos. Esto nos servirá para darnos cuenta si lo que queremos adquirir es simplemente por un capricho o porque efectivamente nos hace falta.
5. Aprender a manejar las tarjetas
Tener una tarjeta de crédito puede ser provechoso siempre y cuando sepamos para qué vamos a utilizar el dinero y cómo vamos a cancelar la deuda. Una buena forma es utilizarlas en gastos grandes o en los meses sin intereses de los comercios, en lugar de pagar con ellas las compras del súper.
6. Combatir los gastos hormiga
Si tenemos unas metas de ahorro va a ser necesario mantenernos alejados de esas compras pequeñas y diarias que tienen la virtud de hacer volar nuestro dinero más alto que un avión. Si notamos que llegamos a fin de mes sin dinero suficiente, ¡pongámonos alerta!, porque los gastos hormiga nos persiguen. Podés consultar nuestro artículo “¿Qué son los gastos hormiga y cómo prevenir esta plaga?” para profundizar en el tema.
Bonus
Nos alegra que hayas llegado hasta este punto, ¡eso demuestra tus ganas de comenzar a generar tu ahorro! Queremos dejarte un último tip, ¿pensaste en abrir una cuenta que te permita manejar tus ahorros? Lo más recomendable es una tarjeta que no te genere comisiones ni te solicite montos mínimos. De esta manera podrás controlar todos tus gastos, tener visibilidad de tus movimientos y establecer un límite de gasto al mes.