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Fijar objetivos financieros con el criterio SMART

Hay muchas formas de fijar objetivos financieros. En esta oportunidad conversamos en detalle sobre la técnica SMART, una práctica muy fácil
3 mins de lectura

¿Alguna vez te preguntaste cómo fijar objetivos financieros? Si ya pasó la época en la que nuestra familia nos administraban los gastos y nos daban algo de plata para ir al cine, entonces ¡llegó la hora! Para poder cumplir nuestras metas y sueños, sean pequeñas o grandes, es necesario saber fijarlos.

A medida que comenzamos a administrar nuestra propia plata, nos vamos dando cuenta de la importancia de tener un presupuesto que nos ayude a orientarnos. Desde comprar algo nuevo hasta realizar un viaje, la planificación y organización financiera son fundamentales. De esta manera, dependiendo del tamaño de nuestros objetivos financieros, deberemos empezar a definir cuánto vamos a gastar y cuánto a ahorrar en un determinado tiempo.

Pero ojo, nunca los veas como una obligación, sino todo lo contrario. Cumplirlos nos hace felices y nos da ese sentimiento placentero de haberlo logrado. Y como toda meta se consigue con esfuerzo, te compartimos una técnica bien sencilla para que empieces hoy mismo.

Criterio SMART para fijar objetivos financieros

Fijar objetivos financieros con el criterio SMART

SMART, además de significar inteligente en el idioma inglés, es también una metodología mnemotécnica que nos permite identificar los elementos más importantes al momento de redactar un objetivo eficaz. El modelo se divide en diferentes criterios basados en su propio nombre, en el que cada letra se trata de una característica (en inglés) que debemos cumplir. Specific (específico), Mensurable (medible), Achievable (alcanzable), Relevant (relevante) y Timely (temporal). 

Este criterio puede ser usado para cualquier tipo de objetivo, sea laboral, personal y ¡financiero! Así que manos a la obra y veamos uno por uno los atributos que componen esta sigla.

1. Específicos

Debemos tener los objetivos claros, ser específicos y evitar las generalidades. De esta forma nos vamos a motivar mucho más para conseguirlos. Una buena forma de fijarlos es respondiendo a la mayor cantidad de preguntas empezando por qué, cuál, quién y dónde. Por ejemplo: ¿Qué queremos lograr con nuestro objetivo? ¿Cuál es el obstáculo al que nos enfrentamos? ¿Quién es necesario que esté involucrado? ¿Dónde lo podemos conseguir?

Otra buena forma es tratar de enumerarlos y que cada objetivo pueda ser descrito en una sola oración. Por ejemplo, “comprar un nuevo juego de seis sillas para fin de año” o “ir de vacaciones con mi pareja a Cataratas en mis próximas vacaciones”.

2. Medibles

Es importante buscar el indicador que mejor mida nuestro progreso. Si medimos el progreso podemos tener una noción clara de cuánto nos falta. Para este criterio nos sirve responder estas preguntas: cómo y cuánto. Por ejemplo, si queremos comprarnos la última consola de videojuegos, ¿cuánta plata debemos (y podemos) ahorrar en un determinado tiempo para conseguirla sin afectar nuestros otros gastos?

3. Alcanzables

¿Qué tan difícil es alcanzar nuestro objetivo financiero? Para responder esta pregunta tenemos que considerar el tiempo, el esfuerzo y nuestro presupuesto mensual. También, tenemos que pensar en todo lo que necesitamos para lograr ese objetivo y si tenemos las herramientas para hacerlo. En otras palabras, tenemos que ser realistas con el tiempo y con la plata. 

Desde ya que podemos establecer objetivos audaces y grandes, pero si no hay una esperanza realista de alcanzarlos, tal vez es mejor replantear el objetivo. Algunas veces es mejor cambiarlo por otro que creamos que podamos alcanzarlo.

4. Relevantes

Nos tenemos que asegurar de que los objetivos que nos planteamos sean realmente importantes para nosotros, ¿de qué vale hacer todo un plan financiero para algo que no vamos a disfrutar o que realmente no vale la pena? Si nuestro objetivo no es algo importante, a mitad de camino estaremos abandonando la misión y nuestro subconsciente puede acostumbrarse a no cumplir los retos para alcanzarlos.

5. Temporales

¡Con este ya terminamos! Es necesario proporcionar una fecha límite y asegurarnos de que los plazos sean realistas, pero flexibles. También, tenemos que tener cuidado con confundir nuestros objetivos con las metas. Éstas siempre se planean a largo plazo, mientras que los objetivos son a corto plazo. 

¿Viste?, fijar nuestros objetivos financieros no es nada difícil siempre y cuando lo queramos hacer. Requiere esfuerzo, lo sabemos, pero estamos seguros de que podrás fijarlos y cumplirlos durante este año.

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