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Cómo convertirte en una persona ahorrativa

¿A veces pensás que sos incapaz de ahorrar? Todos podemos ser buenos ahorrando. Si querés intentarlo, esta nota es para vos
6 claves para empezar a ahorrar sin morir en el intento
2 mins de lectura

Convertirte en una persona ahorrativa no es algo fácil de conseguir. Para saber qué hacer muchas veces hay que mirar alrededor e inspirarse en los que hacen lo mismo que queremos conseguir. ¿Qué hacen las personas que ahorran?, ¿cómo lo consiguen? Mil veces te habrás preguntado cómo hizo tu compañero de trabajo para comprar la moto o cómo hizo tu amigo del colegio para hacer un viaje al Caribe. Bueno,quizá tuvieron la suerte de recibir un regalo o ganar un concurso, aunque es mucho más probable que sea producto de su esfuerzo y ahorro.

Los tres pilares para convertirse en una persona ahorrativa

El buen ahorrador tiene tres pilares que son su estilo de vida: ser austero, planificar los gastos e incorporar el ahorro como un hábito.

Austeridad

Para ser austero tenés que identificar cuáles son los gastos realmente necesarios y no gastar de más, aun cuando te de placer. Los gastos más insignificantes, que se llaman micro gastos, como los que hacemos en el quiosco – o los que están fuera de la lista del supermercado – suelen sumar mucho más de lo que suponemos. Eliminar o restringir lo más posible este tipo de salida de plata nos puede llevar al camino del ahorro.

Planificación

El ahorrador planifica sus gastos en relación a sus ingresos, nunca gasta más de lo que gana y destina una parte de la plata que le entra para ahorrar, algunos hacen de cuenta que no existe para no tentarse y los más entrenados disfrutan mucho el hecho de separar esa plata porque tendrá una gran finalidad en el futuro: encontrar un motivo es una buena forma de ahorrar. Si sabemos en qué gastaremos nos sentiremos con más ganas de alcanzar esa meta que nos propusimos.

El ahorro como hábito

Lograr o formar un nuevo hábito no es imposible, de hecho los neurólogos dicen que hay que acostumbrar al cerebro a tomar ciertas decisiones. En general repetimos comportamientos de modo automático e incorporamos la costumbre de gastar sin darnos cuenta, por ejemplo. Para cambiar esa manera impulsiva de hacer las cosas se debe sostener la acción contraria durante un tiempo prolongado.

Cualquier cambio que se encare necesita tiempo. Una vez que tomaste la decisión de hacer un giro en tu estilo de vida tenés que hacerlo como si fuera un nuevo entrenamiento del gimnasio: disciplina y constancia. Al principio cuesta porque el cerebro funciona casi de manera autónoma, pero con el correr de los días vas a sentir que es posible. Salir de la comodidad no es fácil, pero vale la pena sobre todo cuando se trata del ahorro que va a tener un impacto directo en el futuro y así lograr poner en marcha ese proyecto que querés iniciar o aquello que por tanto tiempo te quisiste comprar y no podías.

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