Los gastos hormiga son pequeños gastos que hacemos de forma reiterada en placeres cotidianos o cosas que no son realmente necesarias. Los podemos hacer durante el día, la semana o el mes y, al ser bajas sumas de dinero, generalmente no les prestamos atención y pasan prácticamente desapercibidos para nosotros. Sin embargo, los gastos hormiga pueden tener un efecto muy perjudicial en nuestra economía y destruir nuestra capacidad de ahorro.
¿Cómo los identificamos?
Un buen ejercicio para identificarlos es que de los chicles, cafés o snacks que compramos al día tomemos su valor unitario y lo multipliquemos por el número de consumo diario, después semanal y, luego, por las 52 semanas del año.
Por ejemplo, si compramos un café con medialunas a $150 pesos de lunes a viernes cada vez que vamos a trabajar, a la semana gastaremos $750 pesos y al año $39.000 pesos. ¿Te parece que podríamos utilizar ese dinero en algo más provechoso?, ¿nos alcanzaría para unas vacaciones? o ¿quizás para una cafetera y un vaso térmico donde preparemos café de mejor calidad en casa más de una vez al día?
¿Cómo combatimos esta “plaga”?
Si aplicamos la fórmula anterior a cada gasto que consideremos rutinario, nos daremos cuenta de qué gastos realmente son necesarios y cuáles debemos eliminar de nuestro consumo.
Otro tip es planificar cuánto gastaremos en un mes y sustituir un gasto hormiga por una meta de ahorro. Por ejemplo, podremos ahorrar $1200 al mes si en vez de comprarnos un café con medialunas los 5 días de la semana, lo hacemos solo 3.
Reducir los gastos hormiga no significa privarnos de esos gustos que nos damos de vez en cuando, sino poner en la balanza cuáles gastos valen la pena y reemplazarlos por otras opciones más económicas o que nos den más utilidad.