Gabriel tiene 16 años y vive con su familia en Pilar, una ciudad del norte de la provincia de Buenos Aires. Él está dentro del 7% de nuestras personas usuarias menores de 18 años que tienen una tarjeta de Ualá.
Empezó a usarla a principios de 2018 después de ver una historia de Instagram en la cuenta de la marca. Le llamó la atención que le ofrecía justo lo que estaba buscando. Necesitaba una tarjeta para poder hacer compras por Internet, suscribirse a plataformas de streaming y pagar los juegos en línea. Pero una de las grandes trabas que sufría era ser menor de edad. Gabriel quería dejar de depender de la extensión de la tarjeta de sus padres y tener autonomía para manejar sus finanzas sólo.
“Decidí tener Ualá porque podía manejar mi propia plata y la app es muy cómoda y sencilla de usar”, nos cuenta Gabriel. Para él, evitar el manejo de dinero en efectivo era clave para no correr ningún riesgo. También la usa para ir al supermercado, comer afuera y para enviar dinero entre usuarios de Ualá o a otros bancos. Con la función de análisis de gastos sus papás pueden ver en qué destina su plata todos los meses.
Gabriel nos cuenta que su experiencia de uso fue muy buena. Además de él, su abuela de 78 años y su mamá usan Ualá cuando salen a hacer compras.
“Creo que la educación tradicional no enseña sobre el buen uso del dinero y su valor. Con Ualá los jóvenes podemos aprender sobre finanzas a una temprana edad de manera muy simple. Me gusta que apoyan a la inclusión financiera ya que le dan la tarjeta a quien la necesite”.
Hoy Gabriel puede gestionar sus finanzas personales de manera independiente. Mientras sus papás están tranquilos de que lo hace de manera responsable y segura.
Hay 3 millones de historias como estas. Historias de personas que manejan su plata de forma fácil y segura con Ualá. Si querés contarnos la tuya, escribinos a mihistoria@uala.com.ar.