Tu navegador no soporta JavaScript!

Qué son los impuestos y cómo impactan en tu economía

Un tema que se viene discutiendo hace mucho es el número de impuestos que pagamos en Argentina. Pero, ¿qué son los impuestos y cómo nos afectan? En esta nota te explicamos su definición, cuántas clases hay y cómo terminan impactando en tus finanzas personales.
72
3 mins de lectura

Hace mucho los analistas tributarios vienen discutiendo cómo afecta al bolsillo de la gente y la caja de las empresas el número de impuestos que se pagan en Argentina.

Pero, ¿qué es un impuesto?… Es un pago que quienes viven o trabajan en un país deben hacer obligatoriamente al Estado en cualquiera de sus tres niveles (nacional, provincial y municipal) para financiar los servicios que éste presta, como salud, educación, seguridad o justicia, entre otros.

El efecto de los impuestos es directo sobre tus finanzas, ya que si suben vas a tener menos plata para consumir (si alcanzan a tu salario, como Ganancias) o van a encarecer los bienes y servicios que consumís (si gravan los consumos hechos, como el Impuesto al Valor Agregado o IVA).

Y un efecto similar sufren las empresas: si la carga impositiva sube mucho, pueden tener problemas financieros para continuar sus operaciones. Fue por eso que recientemente la AFIP lanzó un plan de condonación (perdón) de intereses y multas por deudas impositivas para las pymes, con una quita promedio del 42% y hasta 120 cuotas de pago.

Clasificación general de los impuestos

Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en Argentina existen al menos 163 impuestos, sumando las jurisdicciones nacional, provincial y municipal. Algunos de los principales son Bienes Personales (sobre nuestro patrimonio total), Ganancias (sobre nuestros ingresos) e IVA (sobre los consumos hechos), aunque también podemos mencionar los que gravan actividades profesionales o comerciales (Monotributo, Régimen Autónomo e Ingresos Brutos) y a las ganancias obtenidas por inversiones financieras (Renta Financiera).

A nivel de operatoria comercial, otros de los más importantes son el Impuesto al Cheque (a los débitos y créditos bancarios), derechos de exportación (retenciones al enviar un bien al exterior), derechos de importación (al importar insumos para producir), y a los combustibles (por cada litro de combustible vendido).

Todos estos impuestos pueden clasificarse a su vez dentro de seis grandes categorías, que te explicamos a continuación: directos o indirectos, progresivos, proporcionales, regresivos y de suma fija.

Impuestos directos e indirectos

Los impuestos directos recaen directamente sobre los bienes o ingresos globales (en un determinado período) de las personas físicas y jurídicas. Un ejemplo sobre los ingresos es el Impuesto a las Ganancias, que pagan mensualmente los solteros cuyo sueldo mensual neto supere los $ 55.261 y los casados con dos hijos que ganen más de $73.014. Y un ejemplo sobre los bienes es el Impuesto a los Bienes Personales, que grava el patrimonio total de una persona si supera los $2 millones (sin contar una propiedad usada como vivienda única).

En el caso de los impuestos indirectos, los pagan todos los consumidores en cualquier compra o uso de bienes y servicios que hagan. El ejemplo más común es el IVA, que aplica dentro del valor a pagar un recargo del 21% del precio original del producto o servicio en la mayoría de los casos.

Impuestos proporcionales y de suma fija

Por otro lado, los impuestos proporcionales establecen un porcentaje sobre un determinado valor, que puede ser una ganancia u operación (como una compraventa). Un ejemplo es el IVA, que aplica siempre un 21% sobre el valor total del producto comprado.

También podemos mencionar las diferentes escalas de Ganancias, que aplican diferentes porcentajes según el nivel salarial. Por ejemplo, sacando porcentajes con una calculadora de ese impuesto, si alguien soltero gana $ 70.000 en bruto se le descontará mensualmente un 0,22% del salario ($ 154), por $ 75.000 un 0,70% ($ 522), por $ 80.000 un 1,32% ($ 1.055), y así irá creciendo.

Por su parte, los impuestos de suma fija aplican siempre un monto fijo en cualquier circunstancia. Es el caso por ejemplo del Impuesto al Combustible, que cobra una suma fija (actualizada por inflación) por litro vendido de combustible: a marzo, según la AFIP, era de $7,2 para el gasoil.

Impuestos progresivos y regresivos

Otra forma de categorizar los impuestos es según quien paga más o menos. En los impuestos progresivos, por ejemplo el caso de Ganancias, el porcentaje a pagar aumenta a medida que suben las ganancias personales: es decir, alguien que gana $ 50.000 pagará proporcionalmente más que quien gane $ 20.000.

Al contrario, en los impuestos regresivos todos pagan siempre igual porcentaje, lo que castiga más a quienes tienen menores ingresos. Por ejemplo, alguien que ganara $ 10.000 estaría pagando lo mismo que quien gane $ 50.000: es decir, por igual impuesto en el primer caso sería afectada una mayor parte del salario. Un ejemplo nuevamente es el IVA, cuyo porcentaje pagan siempre por igual todos los consumidores, sin distinguir entre su nivel de ingresos.