La intermediación financiera es la función que tienen las entidades financieras que estén autorizadas legalmente para actuar como enlace entre el solicitante de un financiamiento y el dador del mismo. Como contraprestación obtienen un interés o comisión por haber realizado la conexión entre ambos agentes.
¿Cómo se realiza la intermediación financiera?
En la práctica, la intermediación financiera es un proceso donde las entidades financieras reciben plata de las personas o empresas a través de depósitos en cajas de ahorro, cuentas corrientes o plazos fijos.
Luego estos fondos los prestan a quienes lo soliciten para el desarrollo de sus actividades económicas o tal vez para la compra de bienes o servicios.
De este modo, los ahorros que poseen algunas personas o empresas se transforman en recursos para las necesidades de otros.
De esta forma, la intermediación financiera es un proceso que permite generar empleo y aportar al progreso económico de la sociedad.
La intermediación financiera en la Argentina
En la Argentina, la intermediación financiera se encuentra avalada en la Ley de Entidades Financieras.
Esta Ley indica que por un lado las entidades reciben depósitos del público, asumiendo el riesgo de tener que devolver la plata en las condiciones pactadas, pagando el interés pactado cuando corresponde.
Por el otro lado, la entidad financiera puede prestar parte de esa plata que recibió de los depositantes, pero debe asumir el riesgo de incobrabilidad de esos préstamos que otorga.
De esta forma podemos decir que los bancos y entidades financieras que realizan intermediación financiera asumen riesgos al prestar plata de terceros por la que deberán responder, pero obtienen una recompensa o ganancia por asumir ese riesgo.
Pueden ser intermediarios financieros quienes tengan autorización legal de la autoridad competente, en este caso el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Para eso deberán cumplir todos los requisitos legales, de solvencia, experiencia y seguridad que le sean solicitados.
La intermediación financiera en un ejemplo
Para entender claramente el proceso de intermediación financiera imaginemos que vamos y depositamos plata en un banco, unos $10.000, para hacer un plazo fijo que nos dará 30% de interés durante un año. A fin de año deberemos recuperar los $10.000 colocados inicialmente, más $3.000 de intereses que nos debe pagar el banco. El banco en cuestión debe administrar esta plata que recibe, puede prestarla, pero deberá tenerla disponible dentro de un año, el día que nosotros vayamos a retirarla.
Luego, una persona que, supongamos, se llama Juan, acude al banco a solicitar un préstamo de $10.000 que le hacen falta para comprar una bicicleta. El banco decide prestárselos, pero le cobrará un interés de 60% anual por darle la plata.
Ahora Juan quedará comprometido a devolverle al banco los $10.000 que le fueron prestados, más los intereses que el banco le cobra por facilitarle este monto de plata, que serán $6.000.
El banco cobrará en total $16.000 a Juan y deberá pagarnos $13.000 a nosotros cuando se cumpla el año. Su ganancia será de $3.000, este monto es el beneficio del banco por realizar la intermediación financiera.
Lo que cobren como comisión o interés los intermediarios financieros variará en función de múltiples factores, como la cantidad depositada o pedida de plata, así también como de los plazos de esas colocaciones o préstamos, la buena o mala reputación que pueda tener quien solicita plata, si tiene garantías o no, entre los principales factores que influyen.
Una gran diferencia con las fintech
Como vimos, las entidades financieras que realizan intermediación, como es el caso de los bancos, toman plata de terceros (personas y empresas) y luego la prestan. Esto genera que, lo que le pagan a los depositantes, sea el costo de financiamiento que tienen para hacerse de la plata que luego van a prestar.
Por el contrario, las Fintech no tienen ese mismo costo de fondeo, ya que no prestan la plata de las personas o empresas. Es decir que no realizan intermediación financiera.
Esta situación genera una gran disparidad en el costo de fondeo, porque las Fintech, como es el caso de Ualá, realizan los préstamos con capital propio, con plata que obtienen por sus propios medios.
En general las Fintech prestan plata con capital propio que obtienen, por ejemplo, en el mercado de capitales o por parte de inversores y accionistas.
Entonces, esta gran diferencia entre las Fintech y el sistema bancario, es que al no poder realizar intermediación financiera, las Fintech no pueden captar dinero del público de la misma forma que lo hacen las entidades financieras a través de plazos fijos o depósitos en cajas de ahorro o cuentas corrientes.
La consecuencia es que las Fintech generalmente deben tener un costo de fondeo para conseguir plata mucho más elevado que el sistema bancario.
Ventajas de la intermediación financiera
Entre las principales ventajas de la intermediación financiera podemos destacar:
- Canalizan el ahorro hacia la inversión y la mejora de la actividad económica.
- Aumenta las posibilidades y alternativas de inversión.
- Podría reducir los costos de fondeo.
- Profesionalismo y especialización en el servicio financiero.
Desventajas de la intermediación financiera
- Podría no ofrecer el mejor producto al cliente, sino el que más ganancia le represente al intermediario en cuestión en algunos casos.
- El intermediario financiero podría no ser imparcial.
- El servicio de intermediación podría no ser personalizado.