Seguramente este año habrás escuchado en todos los medios hablar del déficit fiscal. Pero, pocas veces se explica qué es y cómo repercute en tu economía diaria. Aunque parezca algo lejano y que afecta solo al Estado, el déficit fiscal tiene un impacto directo en tu economía personal.
¿Qué es el déficit fiscal?
El déficit fiscal surge cuando el Estado gasta más plata de la que recauda, es decir cuando el gasto público (la suma de todos los gastos del Estado en su conjunto) supera a lo recaudado por impuestos. En general se comunica al público como una proporción del PBI (Producto Bruto Interno), que es lo que todos los argentinos producimos en un año. Este déficit puede ser medido de dos maneras, una es el déficit primario, en el que solo se tienen en cuenta los ingresos y egresos del Estado, y luego está el déficit global o total, en el que se incluyen los intereses de la deuda nacional.
¿Cuánto es el déficit fiscal en Argentina?
Según datos del Ministerio de Hacienda, en los últimos 58 años, en 52 tuvimos déficit fiscal. El 2019 cerrará con un déficit primario de alrededor del 1% del PBI, y se estima que el global será de aproximadamente el 4% del producto bruto interno.
¿Cómo se financia este déficit?
Pongamos un ejemplo simple que ayuda a comprender la cuestión. Cuando en tu economía personal te das cuenta de que tus gastos superan a tus ingresos, tenés tres alternativas: o te financiás de una fuente externa (pedís prestado), o te ajustás (reducís tus gastos) o aumentás tus ingresos (pidiendo un aumento, trabajando horas extras o cambiando de trabajo). El Estado funciona de una manera similar, tiene que elegir entre encontrar una manera de financiar la diferencia, o achicar los gastos o aumentar ingresos.
Supongamos que el Estado elige no ajustar por diversas razones, entonces ahora tiene que elegir cómo financiar este déficit. Las opciones básicamente son tres: o aumenta los ingresos, es decir sube los impuestos; pide plata prestada en el mercado local o internacional; o puede decidir emitir más pesos para cubrir esas necesidades.
Entonces, ¿Cómo impacta esto en tu economía personal?
La más sencilla de ver es una suba de impuestos. Suponiendo que tu sueldo es constante, si suben los impuestos (ya sea al consumo -IVA, Impuestos Internos- o al ingreso -Impuesto a las Ganancias-), tu plata disponible para consumo y ahorro será menos, o porque tu sueldo en mano es menor por pago de más impuestos, o porque los productos que consumís aumentaron por una suba de su componente impositivo.
Después está la opción de financiar el déficit con deuda. Si se toma esta decisión, el Estado cubre provisoriamente los gastos con una fuente de ingresos alternativas, que siempre genera intereses, por lo que finalmente tendrá que devolver más de lo que recibió. Lo malo de esto, es que, si se financia eternamente con deuda, en un momento el crédito puede cortarse, y ahí el Estado se ve obligado, para poder pagar sus obligaciones, a alguna de las otras alternativas: o a subir impuestos o en ajustar el gasto, lo que va a tener un impacto directo en tu bolsillo.
La tercer alternativa es la emisión monetaria, de billetes o plata circulante. En este caso, el Estado le encarga a la autoridad monetaria nacional (el Banco Central) que imprima los billetes necesarios para cubrir el déficit. Existe un amplio consenso entre economistas, de que la emisión monetaria es una de las causas de la inflación. La inflación es conocida en Argentina, y su efecto sobre tu sueldo es directo. Con la suba de precios, tu salario real (tu sueldo descontada la inflación) cae y en consecuencia tu poder adquisitivo también lo hace.
Por todas estas razones es que el déficit fiscal del Estado repercute en tu economía diaria y por ello mismo hay que estar atentos para poder resguardar nuestros ingresos de sus consecuencias negativas.